PSICÓLOGA, TERAPEUTA GESTALT Y FAMILIAR

La vida está en constante cambio. Hay cosas que se escapan a nuestro control, situaciones que nos superan (crisis, cambios, duelos, conflictos, enfermedades) generando un fuerte malestar interno (ansiedad, depresión, confusión, bloqueo, insomnio, dudas). Hay momentos en que necesitas que alguien te acompañe para atravesar lo que la vida te pone delante.

La terapia individual te proporciona un espacio para ti. Un espacio seguro e íntimo, donde tomar consciencia de lo que te está ocurriendo, de tu sentir, de tu pensar y de tu hacer.

Te ayuda a contactar con tus necesidades, a saber cómo satisfacerlas, a descubrir tus propios recursos y aprender otros nuevos para hacer frente a la situación que estás viviendo. La terapia te permite convertir ese malestar en una oportunidad para crecer.

La adolescencia es el paso de la edad infantil a la edad adulta donde se producen muchos cambios a todos los niveles (físicos, psicológicos, emocionales y sociales) en poco tiempo. Se cuestionan los valores y las normas aprendidas hasta ese momento, para crear su propio criterio y su propia visión del mundo. El grupo de iguales se convierte en una de las cosas más importantes para la persona y se busca la aceptación del grupo de diferentes maneras. Todas estas características hacen que la adolescencia sea una etapa delicada tanto para los propios adolescentes, sintiéndose inseguros e incomprendidos, como para las familias, que no saben cómo ayudarles.

El acompañamiento terapéutico ayuda al adolescente a tomar consciencia de cómo se siente, a detectar, identificar y expresar sus emociones, a averiguar y pedir qué necesita para encontrarse mejor o para superar aquello que le genera malestar, a crear y descubrir recursos personales para resolver los conflictos que se vaya encontrando en su vida y a tener una mirada más comprensiva de él y de su entorno. Así, poco a poco, irá tomando más seguridad y confianza en sí mismo para incorporarse al mundo adulto de una manera responsable.

Los niños tienen una tendencia natural e innata a crecer de una manera sana y autorregulada. Esto les ayuda a afrontar las distintas situaciones con las que se encuentran durante su desarrollo y transitar por ellas. Cuando esta autorregulación está obstaculizada por factores estresantes, podemos ver en el niño ciertos síntomas físicos, cognitivos, conductuales y/o emocionales que nos alertan de que algo les está ocurriendo. ​

La terapia, a través del juego y del arte, puede ayudar a los niños a identificar y expresar sus sentimientos sobre temas que les preocupan, a respetar y escuchar el cuerpo y las necesidades del mismo, a mejorar la comunicación y las habilidades sociales con su entorno, a pedir lo que necesitan para sentirse mejor, a estimular un sano desarrollo de su personalidad y de su potencial. En definitiva, a recuperar su capacidad para desarrollarse de una manera saludable y completa.

La pareja es un sistema, el más importante después del sistema familiar de origen. No hay sistema que pueda crecer sin conflicto. Por eso, las crisis en la pareja nos dan la oportunidad de fortalecer la relación y transformarla a lo largo del tiempo.

La terapia de pareja ofrece un espacio para transitar esos momentos de dificultad y revisar la relación. Nos ayuda a identificar qué creencias, expectativas y deseos estamos poniendo en el otro, a conocer nuestras heridas infantiles relacionadas con el amor, a reencontrarnos con la otra persona desde nuestro aquí y nuestro ahora, a buscar nuevas formas de solucionar los conflictos que van surgiendo, a tomar decisiones sobre la continuidad o la finalización de la relación y a negociar la nueva situación.

Soy codirectora y coterapeuta del Manar Centro de Psicología y Terapia Gestalt en el que participo diseñando e impartiendo distintos talleres junto a otras profesionales de la psicopedagogía y la Terapia Gestalt.

Visita la página web de Manar Centro de Psicología y Terapia Gestalt para conocer nuestros proyectos.

"El viaje más maravilloso no es al centro de la tierra ni a los confines del universo; es al fondo de uno mismo"
Julio Verne